RESEÑA:
César Mallorquí ganó el Premio Édebe en 1999 con La cruz de El Dorado.
En esta novela Jaime Mercader, Rasul Alí Akbar y Antonia Rodríguez viajan en busca de la cruz de El Dorado, un tesoro perdido durante siglos. Todo va bien, salvo que les persiguen unos piratas, los dos primeros se conocieron cuando Jaime huía de España con su padre y Antonia no se apellida así.
Todo empieza con Jaime y su padre huyendo, en el barco conocen a Rasul. Tras varios golpes de mala suerte el joven descubre la leyenda de la cruz y decide ir a buscarla. Antonia aparece como un vendaval y en medio parpadeo preparan la expedición y parten, seguidos de cerca por los hombres de Welser y un tuerto que había estado preguntando por ellos.
VALORACIÓN:
Debo reconocer que he leído poco de César Mallorquí, apenas tres o cuatro libros, por lo que no puedo juzgar si se trata o no de uno de sus mejores libros. Tampoco se trata de un género que haya frecuentado recientemente y como muestra la imagen mi subministrador principal es la biblioteca, por lo que mi lectura de novedades se suele limitar a algún afortunado que o bien acaba en las estanterías municipales o bien en las propias, de modo que la valoración, un lugar en el que intentó ofrecer objetividad, puede verse afectada por lo dicho con anterioridad.
Tomando lo anterior como base La cruz de El Dorado me parece un libro entretenido y corto (esta edición consta de 207 páginas) que puede leerse de forma veloz, no necesita gran concentración y es de fácil comprensión, perfecto si necesitas despejarte. La trama avanza con bastante fluidez y la sensación al ir avanzando en la lectura es la de que vas ganando velocidad.
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Me arrepiento de no haber leído antes este libro, estoy segura de que lo hubiese disfrutado mucho más con cinco o seis años menos.
En general me ha gustado, es sencillo y muy ameno, se puede leer en casi cualquier situación... pero el giro final (el grande, no el último de Antonia) me ha resultado demasiado predecible, igual que lo de su padre. (Si no lo has leído salta al párrafo siguiente) No vi su muerte, pero tuve claro que seguía vivo desde bastante antes de que apareciese realmente. Tampoco imagine que los indios les hubieran seguido, aunque tenía la certeza de que devolverían la cruz, de nuevo unos años menos hubiesen ayudado.
No tengo nada que objetar ni a la trama ni a los personajes, pero habiendo leído La isla de Bowen este me parece algo flojo en comparación, aunque sigue tratándose de un gran libro con buenos puntos de humor, la "moraleja" del final sacaría una sonrisa a una estatua (sigo sin referirme al momento de Antonia). Además combate el machismo de la sociedad en la que desarrolla la historia y que los propios personajes poseen (Jaime se sorprende porque Antonia lleve pantalones, los peones se adentran en la selva solo por no ser "menos valientes" que ella) con la propia Antonia y con Yocasta, que a pesar de haber sido esclava resulta la más culta e instruida de todos ellos.
En definitiva, un libro ligero recomendable para cualquier edad y situación.
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CURIOSIDAD:
En la primera imagen se puede ver un pequeño peluche junto al libro, no es casualidad, todas las reseñas van a tener esta pequeña sección en la que uniré escenas, frases, detalles o cualquier otra cosa de la historia con algo que aparecerá en la fotografía. A pesar del aviso esta parte se puede leer sin miedo (utilizo spoiler y destripar o destripamiento con distinto significado, el primero sería como una picadura de mosquito, sin relevancia para el desarrollo de la historia (o también puede suceder muy pronto); el segundo, por el contrario, hace honor a su nombre y refleja una auténtica matanza, desvela hechos importantes que afectan generalmente a la trama principal).
El peluche es reversible, por una parte es un tocón y por la otra un tigre, suponiendo que el tigre es un caimán o tomándolo como animal al que en algún momento puedes alimentar (siendo bastante imprudente y saltándote varias normas partiendo de la base de que no tienes que tratar a diario con uno por propia voluntad) tenemos la escena en la que Antonia se sienta en un árbol caído sin percatarse de que se trata de un caimán.
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